martes, 13 de octubre de 2015

Los primeros filósofos griegos: Anaximandro de Mileto

     Anaximandro, discípulo contemporáneo de Tales, escribió un libro del que se conservan unos pocos fragmentos. La tradición doxográfica le atribuye la elaboración de un mapa del mundo, así como diversas mediciones astronómicas.

Fuente de la imagen: Wikipedia

     Podemos decir que Anaximandro fue el primero en proponer que el principio (arché) de todas las cosas no es observable, accesible a través de la experiencia, a pesar de que es un constituyente material de todo cuanto existe.

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     Este autor parece sostener que hay dos pares de características básicas opuestas en todas las cosas (que dan lugar a los componentes básicos tierra, agua, aire y fuego): lo seco/caliente se opone a lo húmedo/frío. Esto lo llevó a una idea crucial, en contra de su maestro Tales. Podemos imaginar a Anaximandro frente a una hoguera, cavilando la imposibilidad de que el fuego (caliente/seco) pueda surgir del agua (frío/húmedo), como parecía sostener su maestro. En general, si el principio de todas las cosas tuviera unas características concretas, como el agua (húmedo/frío), entonces no podríamos explicar cómo han surgido las otras cosas que no poseen estas características. Pues, ¿cómo lo seco va a surgir de lo húmedo o lo caliente de lo frío? ¿cómo unas características pueden proceder de sus opuestos? Una doctrina como la de Tales hacía racionalmente imposible explicar la multiplicidad de la naturaleza.

     El principio de todas las cosas, su arché, tiene que ser necesariamente algo indeterminado, indefinido, algo sin características: lo apeiron. Las cosas -cada una de las que forma la enorme pluralidad de la naturaleza- son algo determinado, poseen características concretas que hacen que se diferencien unas de otras, que determinan lo que cada cosa es. Pero lo que está en el origen de estas determinaciones, de estas diferencias que han configurado la naturaleza en su aspecto plural y múltiple, no puede ser a su vez algo concreto y definido por alguna característica, sino solo algo indeterminado, indefinido, a-peiron.

     Por primera vez desde el nacimiento de la filosofía, estamos ante una visión abstracta de la realidad: lo que explica la totalidad de lo real no está al alcance de la experiencia común de los seres humanos, que a través de los sentidos accede solo a realidades determinadas; solo la razón puede llevarnos a la existencia de lo indeterminado.

     En cuanto a su cosmología, a Anaximandro se le atribuye también la idea de que hay una sucesión de mundos que se forman y se destruyen, formando un ciclo que va de lo indeterminado a lo determinado y vuelta a lo indeterminado, cuando la pluralidad de las cosas se destruye o se corrompe.

Así mismo, Anaximandro parecía sostener la idea de que el ser humano procedía de unos peces primitivos, doctrina en la que muchos comentaristas han querido ver un anticipo de la teoría de la evolución.



domingo, 11 de octubre de 2015

Los primeros filósofos griegos: Tales de Mileto

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      Tales de Mileto fue uno de los Siete Sabios de Grecia. Vivió entre finales del s. VII y mediados del s. VI a.C. Se le atribuyen varios teoremas relacionados con los triángulos así como la sorprendente predicción de un eclipse. Viajó a Egipto y a Caldea. De él se cree que no llegó a escribir ningún libro. Sabemos de su pensamiento por noticias, menciones o testimonios de otros autores de la antigüedad.

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     Quizás por influencia de la cultura egipcia, Tales sostenía que el arché de todas las cosas era el agua. Todos los seres eran variaciones de un único elemento o sustancia material que adoptaba distintas formas y estados. La variedad, la multiplicidad de cosas que pueblan la naturaleza -la physis- es, en último término, agua. Todo se formó a partir del agua.
     Aristóteles pensó que era la relación primordial que este elemento guarda con la vida (en la composición de los seres vivos, en las semillas reproductoras de los animales, etc.) lo que llevó a Tales a hacer la afirmación de que el agua es el principio que explica todas las cosas.

  También, se cuenta que explicaba los terremotos y los temblores de tierra por el hecho de que la tierra flota sobre el agua.

  A Tales también se le atribuye la frase "todo está lleno de dioses" y la explicación de que la piedra imán atrae al hierro porque posee un alma. Estas atribuciones parecen apuntar a que Tales sostenía una doctrina llamada hilozoísmo. Esta doctrina trata a toda la materia como si de un ser vivo, animado, se tratase. La materia tiene un alma, un ánima ("es animal") responsable de su "comportamiento", de su capacidad de moverse por sí misma. Desde épocas prefilosóficas, el concepto de alma (psyché) en la cultura griega es el de la fuente de la vida y del movimiento. Para comprender esta atribución a Tales, se debe tener en cuenta que en la época del autor -y hasta mucho después- no se distinguía entre materia viva e inerte, entre lo animado y lo inanimado. Estos conceptos (lo vivo y lo inerte, lo animado y lo inanimado) han tenido su propio desarrollo y no pueden darse por sentado en las teorías de estos pensadores.