Podemos hacernos una idea de la importancia democrática de la protesta por la reacción que tuvo el jefe de la policía al justificar la desmesura policial con la funesta referencia a los manifestantes como "el enemigo". En este enlace tenéis algunos vídeos más sobre los sucesos de estos días.
Está claro que las autoridades consideran como "ciudadano amigo" o "español de bien" (famosa expresión del gobierno del PP hace tres legislaturas) al ciudadano que no cuestiona, que es dócil y que "traga" cualquier recorte en sus derechos sin rechistar. El ciudadano "amigo", o "de bien", es aquel que no se preocupa más que de qué equipo ganará la liga y poco más. Parece que la política de recortes del estado de bienestar no se puede llevar a cabo tan fácilmente con "ciudadanos socráticos", ciudadanos que piensen y que estén dispuestos a luchar por que sus derechos no se vean pisoteados por las exigencias del mercado financiero.
Lo que pasa en Grecia es otro ejemplo de esta política contra la ciudadanía. No es extraño, pues, que una materia como Educación para la Ciudadanía sea tan objetable y tan detestada por aquellas personas que consideran a los ciudadanos como "enemigos". Seguro que se alegrarán cuando desaparezca del currículo. El sistema educativo será entonces un sistema de "Educación para la Economía (financiera y neoliberal, claro)" y formará sus ciudadanos en los valores de la competitividad, el consumo inconsciente y el individualismo despreocupado de lo social, de lo público y del deterioro de la naturaleza. Quizás ahora sea más necesaria que nunca una materia como Educación para la Ciudadanía.